Arquitecto: Rubén Vinci Kinard
Edificio contemporáneo colindante (sede del Banco Internacional) (1975-1988)
Arquitecto: Mario Zambrano
Frente arquitectónico característico de la Avenida Patria
Fuentes: Los ladrillos de Quito (Blog) http://losladrillosdequito.blogspot.com/search?q=VILLA+HUMBERTO y Guía de Arquitectura de la Ciudad de Quito. Tomo 2. Ed. Junta de Andalucía (España) (2004)
La edificación fue construida para el abogado y financista ambateño Humberto Albornoz Sánchez (1894-1950), que entre otros cargos importantes fue gerente de la Compañía de Préstamos y Construcciones - después Banco de Préstamos-, senador por la provincia de Tungurahua, presidente del Consejo Municipal de Quito y jefe de la Junta Provisional de Gobierno de 1926.
Humberto Albornoz adquirió el predio casi a la par que su hermano Alfredo, quien era el propietario del Chalet Albornoz Andrade en la siguiente esquina, sobre las actuales calles Washington y 9 de Octubre. Ambos contrataron los servicios del célebre arquitecto Rubén Vinci Kinard, diplomático mexicano que combinaba su labor en la Embajada con el oficio de la construcción.
El inmueble, diseñado únicamente como una villa de fin de semana y nunca sirvió como residencia permanente, fue terminado alrededor del año 1935, aunque se desconoce la fecha exacta. Albornoz, quien nunca se casó, falleció tras un accidente automovilístico en agosto de 1950, por lo que el inmueble pasó a manos de sus sobrinos. Estos vendieron la villa al Banco Internacional en el año 1975, entidad que deseaba levantar su oficina matriz en el nuevo corazón financiero de la ciudad.
El edificio descansa sobre un semi-sótano destinado a las áreas de servicio, con la fachada jerarquizada hacia la esquina gracias al volumen del segundo piso que remata en una cúpula, elemento típico del arquitecto Rubén Vinci. Pequeños cuerpos laterales de un solo piso se abren hacia los dos frentes que, si bien fueron reducidos durante los trabajos de construcción de las torres de oficinas, mantienen la mayor parte de su estructura original.
Debido a su concepción como chalet de fin de semana, la villa posee pocos salones en la planta baja y una única habitación en el segundo piso, que era usada por Humberto Albornoz cuando acudía para alejarse del centro de la ciudad.
El inmueble está implantado en el ángulo exterior de un lote esquinero, conformado por la confluencia de la avenida Patria y la calle 9 de octubre, en el sector de La Mariscal. De estilo ecléctico, destaca particularmente el historicismo neoclásico con ciertos detalles del art-nouveau que tan de moda estuvo en la década de 1930.
Tras la venta al Banco Internacional, éste construyó una torre de oficinas sobre los jardines que tenían frente hacia la avenida Patria, y en 1988 adquirió el predio contiguo por el norte para levantar un nuevo edificio con frente hacia la calle 9 de octubre, de tal manera que la villa quedó encerrada entre ambas construcciones de altura. Este nuevo proyecto incluyó el estudio integral de la zona en la que se levantan otros edificios significativos de similar actividad. El conjunto constituye un caso singular por una doble circunstancia. Por un lado, la necesidad de definir la relación entre el edificio en altura existente, sede del banco y el nuevo edificio, y por otro lado, la articulación entre lo nuevo y lo viejo. En el conjunto se integran tres elementos: el edificio existente, la casa esquinera, declarada patrimonio de la ciudad, y el nuevo edificio.
Un juego libre se observa en la definición volumétrica y de las superficies de la nueva torre, de carácter simple; sus límites adquieren mayor fuerza en la escala y tratamiento formal de la terminación superior, abriéndose o cerrándose mediante superficies opacas o vidriadas en las fachadas, con diferente composición de líneas y superficies de acuerdo a la relación del edificio con su entorno, a la organización funcional y a las conexiones entre los edificios.
Las fuertes líneas y planos verticales enfatizan la altura de la torre, mientras el edificio anterior se caracteriza por su horizontalidad. A pesar de estar sustentado en una estructura puntual de hormigón armado, ésta no es un elemento fundamental en la composición formal de las facha-das. En el primer bloque en altura se ha priorizado la expresión de la fachada principal hacia la avenida, siendo los planos laterales ciegos. Los materiales contribuyen a expresar el carácter formal de los planos. El ladrillo reafirma la idea de plano cerrado en las superficies latera-les mientras que el hormigón, manifestado como líneas horizontales en los antepechos, define la apertura de los vanos corridos. En la conformación del conjunto, la vinculación entre los tres elementos da mayor importancia a los volúmenes que se articulan físicamente, uniendo funcionalmente a las edificaciones, a pesar de las diferencias expresivas.