Edificio TORRE CFN (CORPORACIÓN FINANCIERA NACIONAL) (1981)


Arquitectos: Ovidio Wappenstein y Ramiro Jácome

Frente arquitectónico de la Avenida Patria

Fuente: Guía de arquitectura de la ciudad de Quito (Ecuador). Tomo I.  Ed. Junta de Andalucía (España)

 

Edificio ubicado en el extremo sur de La Mariscal, en un solar flanqueado por la avenida Patria y las calles Reina Victoria, Juan León Mera y 18 de septiembre. El edificio albergó las oficinas de la Corporación Financiera Nacional, Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo, una agencia del Banco del Pacífico, entre otras instituciones. Ahora está ocupado por la Fiscalía General del Estado.

Fue diseñado por los arquitectos Ovidio Wappenstein y Ramiro Jácome, quienes concibieron a la estructura en estilo modernista, dentro de la bonanza financiera que el país vivía durante el boom petrolero. La construcción se inició en el año 1980 y se culminó solo un año después, en 1981.

Los principales materiales de los que está hecha la estructura son acero reforzado, vidrio oscuro y concreto; siendo estos dos últimos los más visibles en la fachada y los que le confieren el aspecto sobrio que le caracteriza.

Ocupa una manzana de menores dimensiones que la mayoría en la zona de La Mariscal, entre las avenidas Patria y Amazonas y dos de las calles transversales de mayor tránsito en el sector, con vinculación directa con el tradicional parque de El Ejido. La torre, con una planta en forma de octógono irregular alargado, con mayor dimensión en sentido sur-norte, muy esbelta, resulta de la aplicación de las regulaciones municipales y del intenso uso del suelo solicitado.

El edificio se vincula al contexto urbano a través de una plaza que lo antecede y remarca su presencia. Un atrio acentúa el acceso principal y conduce directamente al hall y desde éste, al sistema de circulación vertical y a las áreas de mayor afluencia del público: el departamento de tesorería, el auditorio y la cafetería y club de empleados. El acceso de doble altura está desplazado hacia el interior y remarcado por un plano acristalado inclinado. El auditorio es de uso múltiple y en él se realizan eventos culturales abiertos a todo público. En la cafetería y club de empleados tienen lugar, además de las funciones propias a estos dos espacios, reuniones sociales, fiestas, juegos de salón, por lo que tiene comunicación directa con el hall del auditorio.

Sus fachadas acusan el tratamiento modulado de los planos, dando continuidad a los antepechos de líneas molduradas cuyas sombras enfatizan la horizontalidad. Otros planos partiendo de la base del edificio continúan sin interrupciones hasta el remate final, con lo que se pone un acento compositivo a la verticalidad. En una estructura morfológica en la que el hormigón es el elemento expresivo fundamental del lenguaje arquitectónico, el edificio de 23 pisos anticipó la nueva escala urbana de La Mariscal.